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DÉMOSLE VOZ AL CUERPO

Soy tu cuerpo y hablo el idioma arcaico de la existencia.

Es por esto que no sé mentir: no forma parte de mis funciones, porque no es útil para la sobrevivencia…Lo cierto es que, hace mucho años, cuando todavía vivías inmerso en la naturaleza, mi tarea era mucho más simple. Mi lenguaje te era familiar y confiabas en mis sentidos para reconocer y alejarte de todo aquello que te podía hacer daño o te acercabas a probar si te resultaba placentero.

Mi objetivo de siempre ha sido mantenerte en un equilibrio homeostático:

la constante búsqueda de equilibrio, requiere de una adaptación continua y flexible, igual que la vida. Vivo en simbiosis con tu mundo perceptivo. Cada parte de mi, desde las células hasta las bacterias, reaccionan de forma instantánea a todo lo que estés experimentando.

Tu percibes el mundo a través de mi y yo actúo en respuesta con tu elaboración.

El problema es que en tu percepción, hoy hay mucho más de lo necesario y la eficacia de un mecanismo perceptivo, que nació perfecto, se ha perdido un poco.

Nos perdimos porque te olvidas de este hecho: tu no te relacionas directamente con el mundo, sino con una imagen virtual del mundo, que reconstruyes con la memoria.

Ahí te va cómo funciona.

  • Yo, cuerpo, tomo información del mundo a través de mis canales sensoriales y los envío como impulsos al cerebro.
  • Por esto, el mundo externo no llega directamente al cerebro en forma de imágenes, sonidos, sabores u olores, sino como impulsos que posteriormente el cerebro reinterpreta en sensorialidad.
  • La otra tarea del cerebro es “activar” los órganos del cuerpo: darles el impulso para funcionar, ya sea en su normal comportamiento fisiológico o en el especial, cuando le toca hacerle frente a eventos inesperados.

Con esto, puedes comprender, que para guiar, ya sea el cuerpo como el comportamiento, está LA IMAGEN VIRTUAL DEL MUNDO RECONTRUIDA POR EL CEREBRO.

¡Es con base en esta imagen que interpretamos los eventos de nuestra vida!

Dicho en pocas palabra, YO –cuerpo- vengo guiado, en automático, por tu mundo virtual: ¡tú ves la película de tu vida y yo la lloro!

¡Sería un mecanismo perfecto si te acordaras cómo funcionamos! Tus memorias, que tienen características sensoriales, son los botones, los comandos que activan instantáneamente un órgano… No uno al azar, sino justo aquella parte específica del cuerpo, que puede, biológicamente, “hacerle frente” a la situación que tal vez estás sólo imaginando…

Yo, cuerpo, no hago distinciones: siento y actúo.

Este mecanismo de respuesta automática era muy funcional cuando vivias en la jungla porque, en un principio, el mundo externo y su representación interna eran congruentes entre ellas, estaban en contacto y tu estabas presente en todo lo que estaba ocurriendo. Hoy ya no es así.

Esos dos mundos, hoy, ignoran la existencia el uno del otro.

El hecho está en que tu cuerpo no hace diferencias, yo sigo respondiendo a ambos mundos con la misma coherencia y vital vehemencia.

… Tomo por verdadero, concreto y real ¡Todo lo que organizas en la pantalla de tu mente!. Olvídate de la idea de poderme dominar con la voluntad, yo no vivo ahí, respondo a todo aquello que sientes.

¡Escucha lo que sientes y podrás comprenderme!

Si no me siento inteligente, capaz, fuerte, nutrido, protegido – súmale todos los siento que te vengan a la mente- yo simplemente los manifiesto.

No sé esconder ni tengo nada que demostrar. Mi esencia es actuar.

Yo te hablo a ti, de ti.
Si eso que expreso no te gusta, cambia el rumbo…

Tú estás sentado en la sala de controles,
solo tú lo puedes hacer,
yo sólo soy tu piel, esa que manifiesta lo que pruebas.


Sígueme ¡yo quiero vivir!

Yo tengo un impulso innato a la vida, actúo constantemente a su favor: no puedo hacer otra cosa ¿sabes por qué?

Porque entre todos los diferentes niveles que te componen –alma, espíritu, energía- si las cosas se ponen mal…

Yo soy el único que de verdad tiene algo que perder:
soy la única parte de ti que puede morir,
disolverse y dejar de existir en forma.


Por esto, siempre te pongo en alerta y actúo reparando los tejidos con todo el ímpetu del que soy capaz.

PORQUE ¡YO QUIERO VIVIR!

Yo soy tu parte sensible, que ama esta dimensión, perfecta para celebrar la vida.



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